martes, 8 de mayo de 2007

Existir es Resistir


Estar presente en el mundo implica, en sentido estricto,
que existe un cuerpo que es, al mismo
tiempo, una cosa material en el mundo y un
punto de vista sobre ese mundo,…

Simone de Beauvoir.

Yo vivo en el Cabanyal, un antiguo pueblo anexionado a la ciudad de Valencia hace cien años y que hoy sigue siendo un barrio con una identidad cultural propia, su cercanía al mar ha provocado que la mayor parte de sus habitantes trabajen y vivan de la pesca y el puerto de la ciudad.

Mi taller es un antiguo edificio de principios del siglo pasado, que durante ese siglo de existencia ha resistido el paso de los años con gran dignidad. Comenzó siendo un taller artesanal de velas para barcos de travesía, pesca y recreo, donde un grupo de mujeres cosían a mano y posteriormente a máquina diferentes tejidos; un negocio que estuvo activo hasta que el motor se adueñó del mar y él se jubilara. Es una casa que tiene una gran empatía conmigo, me provoca un gran afecto y felicidad sin más. Viví allí unos meses hace diez años y ahora he regresado para utilizarlo como lugar de trabajo, tejiendo mis esculturas. Pienso que este proceso artesanal del tejer que realizo dia a dia, me une de una manera especial con el pasado.

Mi casa y mi taller están en la actualidad amenazados por planes especulativos que, sobre la zona, tiene el grupo político que gobierna por mayoría el Ayuntamiento de la Ciudad (el PP). Su objetivo es construir sobre lo ya construido, ello implica desalojar a miles de personas de sus casas; casas que han sido construidas por sus antepasados (bisabuelos, abuelos y padres), que hablan de las raices, la vida y la cultura de un pueblo. El barrio, por su trama urbana y su arquitectura, está actualmente protegido por la ley al ser considerado Patrimonio Histórico de la Ciudad de Valencia. A esta acción demoledora que quieren hacer los políticos, la Ley y los vecinos le llamamos “expolio” y nos hemos reunido alrededor de la Plataforma Ciudadana “Salvem el Cabanyal” exigiendo la rehabilitación sin destrucción del barrio. Pensamos como Victor Hugo,


Nada hay más funesto y más empequeñecedor que las grandes demoliciones.
El que hecha abajo su casa, hecha abajo a su familia, el que hecha abajo su ciudad, hecha abajo su patria;
el que hecha abajo su morada destruye su nombre.
El viejo honor es el que está en estas piedras. Todas estas ruinas despreciadas
son ruinas ilustres; hablan, tienen una voz; atestiguan lo que nuestros padres hicieron.

Victor Hugo.1

EL PROYECTO:

Reflexionando sobre como podía materializar este cúmulo de emociones que siento ante esta situación que conmociona mi vida y por tanto mi trabajo, presento la instalación “Existir es Resistir”.

Existir es, para Heidegger, comprometerse siempre, vivir entregados al riesgo. Para él el hombre es el ser que consiste en proyectar posibilidades, y de entre todas ellas, el futuro, está determinado por la proyección de la posibilidad más segura: la muerte. Vivir, te proporciona experiencia y ésta te hace tomar conciencia de lo vivido. Soy consciente que desde nuestro nacimiento hasta la muerte debemos siempre resistir, oponer resistencia: a la enfermedad, al dolor, al desamor, a la injusticia, al trauma, al fracaso, a la belleza, a la angustia, al llanto, al envejecimiento,....

Desde estas consideraciones se trataba de conseguir producir una obra que materializara ese tiempo interno que denominamos tiempo de la existencia, como si de golpe pudiera resumirse. Quería conseguir hacer visible la duración, encontrar aquel proceso que permitiera dotar a la obra de ese carácter temporal que tiene la vida. En este sentido decidí seguir optando por el tejido, por la acción de tejer, en la medida en que entre el trenzado del hilo se determina el paso del tiempo, relacionando así la existencia, la historia de la vida con la historia de la casa.


Maribel Domènech


1 Hugo, Victor: Los Pirineos. Terra incógnita. J.J.Olañeta editor. Palma de Mallorca, 2000, p.14